Este viernes 6 de agosto la Selección de Canadá se consagró campeona en el torneo de fútbol femenino de Tokio 2020 imponiéndose sobre Suecia en la final. Quinn, la mediocampista de 25 años, fue también una de las grandes protagonista por ser la primera persona no binaria en colgarse una medalla olímpica en toda la historia.
El mundo avanza y el deporte no queda relegado a todo el contexto que se vive en cuestión de derechos humanos y diversidad de género. “¿Es real esto que acaba de pasar?”, escribió Quinn en sus redes sociales tras lograr el máximo mérito con su selección.
Horas después de terminar el partido ante el elenco europeo, publicó una foto suya en el podio sonriente y con la medalla colgando de su cuello. De seguro esa imagen se convertirá en un símbolo, no solo de estos Juegos Olímpicos en Tokio, sino también de la conquista de derechos por parte de las personas trans en el mundo deportivo.
"Soy consciente de la realidad que vivimos. Las chicas trans están siendo vetadas de los deportes. Las mujeres trans enfrentan discriminación mientras luchan por perseguir el sueño olímpico. La batalla no está cerca de terminar. Celebraré cuando todos todas estemos aquí", expresó en un posteo de Instagram.
Quinn ya había participado anteriormente en la cita máxima del deporte mundial. Su primera vez fue en Río de Janeiro 2016 y además obtuvo la medalla de bronce con su selección nacional. Sin embargo, en 2020 fue el año definitivo donde "salió del clóset" como persona trans no binaria, así lo expresó ella. Ahora, en Tokio compitió por primera vez en unos Juegos Olímpicos con su propia identidad auto percibida.
