El deportista de 20 años compite en levantamiento de pesas y fue hallado el lunes a la noche por la policía japonesa en la prefectura de Mie (centro de Japón). Creen que se desplazó en un tren de alta velocidad desde Osaka (oeste) donde se había instalado el equipo ugandés para prepararse para los Juegos.
Al escaparse del hotel dejó una nota con los motivos y manifestó su deseo de "permanecer en Japón" para trabajar en el país y "dejar atrás" las dificultades en su nación de origen. Uganda está entre los 25 más pobres del planeta según datos del FMI y su población vive en condiciones muy dolorosas desde lo sanitario y con altísimas tasas de mortalidad infantil. El atleta Ssekitoleko no lo soportó y encontró a los Juegos Olímpicos cómo una oportunidad para escapar.
El deportista se marchó del hotel el viernes pasado, dejó su pasaporte y no se presentó en la prueba obligatoria de coronavirus que deben hacerse todos los deportistas. Y cuando se dieron cuenta de su ausencia, comenzó la búsqueda exhaustiva en toda la Villa Olímpica.
El director ejecutivo del comité organizador de Tokio 2020, Toshiro Muto, afirmó que se trata de un caso "muy confuso" y señaló que los anfitriones estudiarán posibles sanciones al atleta una vez se esclarezcan los detalles de lo sucedido. Pero en las últimas horas, se presentó la idea de que Sselitoleko regrese a Uganda sin poder participar en los Juegos Olímpicos.
La estricta normativa del formato "burbuja" en Tokio prohíbe a los deportistas, u otros participantes del evento, desplazarse fuera de su hotel, lugar de entrenamiento o localizaciones previamente aprobadas por la organización.