Claro está que Marcelo Gallardo posicionó a River en el plano internacional. Los números indican que dirigió 100 partidos, de los cuales 53 fueron victorias, 30 empates y 17 perdidos. Pero de cara al debut en la Copa Libertadores, hay un dato que ilusiona aún más.
Hay muchas teorías que sostienen que la vida se manifiesta en ciclos y la era Gallardo podría tener el suyo. Según la estadística, el entrenador gana una Libertadores cada tres años.
Luego de obtener la Sudamericana en 2014, el Muñeco debutó en la Copa Libertadores y se consagró campeón. Un año después, se quedó en los octavos de final, tras perder ante Independiente del Valle, y en el 2017, no pudo en semifinales ante Lanús.
Hasta que llegó el 2018, tres años después de la primera. Los siguientes dos años también se quedó en el camino. Ahora, no solo que River vuelve a competir en el certamen más importante de América (nuevamente de la mano de Gallardo), sino que también pasaron la misma cantidad de años.
Tal como sucedió antes, el plantel no es el mismo que el de la final ante Boca. Varias figuras de aquel partido siguieron sus rumbos, pero si hay algo que no cambia en el equipo de Marcelo Gallardo es el espíritu ganador. Puede haber nuevos nombres, pero el proyecto es el mismo.
Esta tarde, el entrenador tiene un nuevo comienzo en la Copa Libertadores. Desde las 17, enfrentará a Fluminense, por la fecha 1 del Grupo D. Si bien es largo el camino hacia una hipotética final, si las estadísticas se cumplen, Gallardo le daría a River su quinta Copa Libertadores.