River está en plena obra con su estadio. El primer paso, y más importante, fue el cambio completo del césped, que además incluyo un nuevo sistema de drenaje, uno de calefacción y otro de refrigeración, para luego poner este sistema híbrido que incluye un 95% de césped natural y un 5% de sintético que va cosido por arriba.
Pero claro, al tener 95% de pasto natural, pueden tener los mismos problemas de siempre y se necesita del mantenimiento. Uno de esos inconvenientes es que las palomas se posan en el césped y se comen las semillas y de a poco van dañando el campo de juego.
¿Cómo lo solucionó River? Con dos refuerzos de jerarquía: contrató a dos gavilanes entrenados, por consejo de la empresa irlandesa que hizo la instalación del césped. Lo que hacen estas aves es sobrevolar la cancha y ahuyentar a las palomas, según contó el periodista Matías Mendia. Así que están allí en el Monumental, a la espera de que aparezcan las palomas para hacer sus vuelos rasantes.