Finalmente, lo que anoche era un secreto a voces, esta mañana se materializó: Miguel Ángel Russo ya no es más el entrenador de Boca y en su lugar estará, al menos hasta diciembre, Sebastián Battaglia quien hasta ayer era el DT de la reserva. El ciclo del DT que fuera campeón en la Libertadores 2007, cosechó dos éxitos locales (superliga y Copa Maradona) y hasta dos eliminaciones a River por penales, pero desde el juego venía dejando bastante que desear.
De hecho, la última eliminación a River se dio tras un 0 a 0 por Copa Argentina, y que curiosamente, forma parte de una de las peores rachas históricas en Boca: 10 partidos sin ganar. Si bien se logró avanzar en el torneo por los penales ante el Millonario, solo tres partidos después la dirigencia de Boca puso un freno al ciclo Russo que seguía sin conseguir resultados ni funcionamiento.
Pero en la salida del entrenador, se dio un hecho casi insólito según detalla el periodista Fernando Czyz en el sitio Doble Amarilla. Jorge Amor Ameal llamó anoche a Miguel Ángel Russo para invitarlo a cenar el miércoles en lo que daba a entender un claro apoyo al entrenador, pero solo una hora después volvió a sonar el teléfono del DT y del otro lado estaba Jorge Bermúdez que le anunció que Juan Román Riquelme lo iba a llamar.
Un rato después, nuevamente Russo atendió el teléfono y del otro lado estaba el vicepresidente de Boca que le comunicó la decisión. Miguel Russo aceptó esto, aunque solicitó que tanto él como sus colaboradores cobren la totalidad del contrato que aún está en vigencia con el Xeneize.