El italiano De Rossi habló con los directivos de Boca y les pidió dar de baja el contrato por motivos personales. Luego, tomó sus pertenencias y se retiró del predio de Ezeiza, donde la institución de la Ribera estaba haciendo la pretemporada.
Se despidió del fútbol en una conferencia de prensa que brindó en el complejo Pedro Pompilio. “No pensaba que podía amar tanto a aun club que no fuera Roma. En Boca dejo una parte de mi corazón”, afirmó sobre lo que dejó su paso por Argentina.
Además, explicó: “Tengo la necesidad de acercarme a mi hija mayor, que es la única que se quedó allá. Nos extrañamos mucho. A los 14 años, necesita de su padre cerca. Solo eso. No hay nada más atrás. Ninguna enfermedad ni otra cosa”.
También contó que la nueva dirigencia intentó convencerlo para que siga. “Me mostraron cariño y me dijeron que tome el tiempo que necesitara para ver si podía resolver la situación. Sabía que no iba a seguir, pero me pareció más respetuoso venir y hablar cara a cara”, manifestó.
De Rossi deslizó que “el deseo es el de ser entrenador”. En tanto, agregó: “Tengo mucho que estudiar y aprender. Seguramente me junte con los mejores técnicos o los que más me gustan. Quizá sea dirigente o hasta utilero (risas), pero siempre cerca del fútbol. Es mi vida”.
Dejó sus sensaciones. “Los hinchas me dejaron mucho más de lo que yo les pude dejar a ellos. La deuda es irme sin logros futbolísticos. No me gusta vender humo, pero seguiré siendo parte de Boca para siempre y quizá nuestros destinos nos vuelvan a juntar”, indicó con emoción.
La mención para Gustavo Alfaro, con la aclaración de que puedan existir distintas formas de ver el fútbol, incluyó “profesionalismo, cariño y respeto, un gran hombre que dio todo”. Finalmente, resaltó a Nicolás Burdisso y gratificó a Daniel Angelici. “Le voy a estar agradecido de por vida por esta oportunidad”.