Pasaron 24 horas desde el anuncio de “asedio total” sobre Gaza, declarado por el Ministerio de Defensa de Israel en respuesta a la ofensiva de Hamas.
Desde la tarde del lunes, el gobierno de Netanyahu cortó el suministro de todos los servicios básicos en la Franja de Gaza, zona gobernada por Hamas, pero bloqueada desde 2007 por Israel.
“No habrá electricidad, ni comida, ni gas, ni combustible. Nadie podrá ni entrar ni salir”, comunicó el titular de la cartera, Yoav Gallant.
Durante la madrugada de este martes, Israel lanzó un intenso bombardeo sobre Gaza, agravando la situación de los 2 millones de civiles que se encuentran técnicamente encerrados y sin suministros.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, expresó su profunda preocupación por el anuncio de “asedio total” israelí. Estimó que la situación humanitaria en la Franja de Gaza era extremadamente grave antes de la nueva escalada y que “ahora solo se deteriorará exponencialmente”.
Guterres instó a las partes a que permitan el acceso de las Naciones Unidas en la zona para entregar asistencia humanitaria urgente a los civiles palestinos atrapados en Gaza. Al mismo tiempo, exhortó a la comunidad internacional a movilizar apoyo humanitario inmediato.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, solicitó a Israel la apertura de corredores humanitarios para que los civiles puedan huir de los bombardeos que se desarrollan en Gaza.
Hospitales desbordados
El Ministerio de Salud palestino indicó esta mañana que los hospitales de Gaza están “desbordados”.
"Tenemos escasez de medicamentos, suministros médicos y reactivos necesarios para operar los laboratorios", dijo a Al Jazeera Medhat Abbas, director general de la cartera sanitaria.
“La situación es muy complicada. Hemos recibido miles de heridos. Esto está ejerciendo mucha presión sobre las instalaciones aquí.
“Nuestra capacidad es de solo 2.000 camas. Estamos a punto de colapsar. La escasez de medicamentos es [porque] estamos consumiendo en un día lo que consumimos en un mes. La situación es muy mala. Cinco de nuestras ambulancias [han sido] atacadas y cinco de nuestros colegas, asesinados. No existe una ruta segura para que los profesionales de la salud se desplacen”.
Hasta ahora, la institución ha confirmado la muerte de 770 palestinos, 140 de ellos, niños.