Más de 3.000 soldados estadounidenses llegaron este lunes al mar Rojo, en el marco de un despliegue ya anunciado por Washington previamente. La acción se produce en un contexto de aumento en las tensiones con Irán.
“La llegada de tropas adicionales se produce después de que Estados Unidos dijera que estaba sopesando un paso sin precedentes para desplegar personal de combate en buques comerciales en el Golfo Pérsico, tras la incautación de petroleros en la zona por parte de Irán”, indicó Middle East Eye.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, ordenó la medida el mes pasado "en respuesta a los recientes intentos de Irán de apoderarse de barcos comerciales" en el Medio Oriente, según el Comando Central de EEUU, citado por ABC.
El despliegue pretende fortalecer la presencia norteamericana en la región, con “activos navales y de aviación adicionales, así como con más marines y marineros”, para una “mayor capacidad y flexibilidad martítima”, anunció la 5ta Flota de EEUU en un comunicado.
Los marines llegaron a bordo del buque de desembarco USS Carter Hall y del buque de asalto anfibio USS Bataan, que juntos pueden transportar docenas de aeronaves, incluidos los aviones Osprey y Harrier, además de lanchas de desembarco anfibio y vehículos tácticos.
Irán, por su parte, acusó a EEUU de exacerbar la inestabilidad regional con el envío de marines al Golfo Pérsico.
“La presencia militar del gobierno de Estados Unidos en la región nunca ha creado seguridad. Sus intereses en esta región siempre los han obligado a alimentar la inestabilidad y la inseguridad”, dijo Nasser Kanani, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, citado por MEE.
