El Ministerio de Exteriores palestino catalogó el asalto israelí como una “guerra abierta contra el pueblo de Yenín”. Mientras tanto, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) definieron la acción como una “operación antiterrorista”, siendo sus principales blancos supuestas locaciones de grupos militantes de la ‘Resistencia’.
El Ministerio de Salud de la ANP informó que 12 palestinos murieron y cerca de 120 resultaron heridos, 20 de ellos se encuentran actualmente en grave estado. La edad de los fallecidos no supera los 23 años: de ellos, dos tenían 16, tres tenían 17 y uno, 18 años. El ejército israelí comunicó que un soldado murió en la operación.
Luego del anunciado fin de la incursión, cientos de palestinos se dispusieron a regresar a sus hogares, de los cuales habían sido desalojados, incluso a punta de pistola, durante el comienzo de la redada. La escena de devastación con la que se encontraron resultó desoladora.
Según funcionarios locales, cerca de 800 viviendas quedaron en ruinas. Por estas horas muchas familias buscan dónde alojarse, ya que gran parte de las residencias son ahora inhabitables.
Las redes de alcantarillado, agua y electricidad fueron “completamente destruidas”, declaró a Middle East Eye Hassan al-Amouri, jefe del Comité de Servicios Populares en el campamento de Jenin. “La mayoría de las calles quedaron destrozadas y todos los automóviles fueron dañados por vehículos blindados israelíes”, agregó. Según reportes locales, hospitales y mezquitas también sufrieron daños severos.
Más allá de este particular saldo de destrucción, las incursiones israelíes en Yenín son habituales. Desde hace años, Tel Aviv considera esta área como un punto de concentración para los grupos armados que luchan contra la ocupación. Desde que Netanyahu volvió a ser primer ministro, la violencia contra los palestinos y las acciones de respuesta de parte de los militantes se han incrementado. Los ataques a sitios sagrados musulmanes y el avance de los asentamientos ilegales promovidos desde el gobierno no han hecho más que exacerbar la tensión en la zona.
El campo de refugiados de Yenín fue creado en 1953 para acoger a los palestinos que habían sido expulsados de sus casas ante el avance militar israelí, en el marco de lo que se conoce como ‘Nabka’ (catástrofe).
Desde 1967, Yenín, al igual que el resto de Cisjordania, se encuentra bajo un régimen de ocupación militar por parte de Israel, según innumerables resoluciones de la ONU.
Hace poco más de 20 años, Israel llevó adelante la ‘Operación Escudo Defensivo’ asesinando a más de 500 palestinos, 52 de ellos en Yenín. En ese entonces Human Wright Watch denunció que 200 viviendas habían sido destruidas (10% del campamento) y se habían cometido crímenes de guerra.
