En 2022 el Gobierno pudo llegar a las metas de reservas, pero para este año el contexto podría ser mucho más complejo, aumentando las tensiones sobre el tipo de cambio.
Habrá vencimientos netos de deuda por u$s 8000 millones en 2023, de los cuales unos u$s 2000 millones corresponden a deuda con acreedores privados y otros u$s 6000 millones, a organismos de crédito multilaterales.
A mí criterio estos cuatro aspectos van a ser los principales factores a tener en cuenta y que el oficialismo deberá sortear:
1)El primero de los riesgos se vincula al contexto internacional. En 2022, la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó agresivamente su tasa de interés de referencia, llevando la misma del 0% a 4,50%.
Normalmente cuando esto sucede se suele ralentizar el dinamismo de la economía norteamerica (incluso podría desembocar en una recesión) y se fortalece el dólar a nivel global a causa del ingreso de capitales externos, y esto históricamente influye a la baja de los precios de los comodities que la Argentina exporta.
No debemos olvidarnos que el proceso que se está dando en Ucrania permitió un suceso completamente atípico de "dólar apreciado y precios de commodities altos" . Es importante seguir de cerca como evolucionará esto ya que afectará de lleno en los precios de muchas materias primas.
2) También debemos tener en cuenta que la sequía no ha aflojado, lo cual implica que afectará negativamente en la producción agrícola nacional, por lo tanto ingresarán menos divisas.
Esto es realmente delicado, ya que los dólares aportados por las exportaciones de trigo suelen usarse para llegar hasta marzo (dónde comienzan a ingresar mayores flujos de divisas), pero este año la campaña pasó de las 22 millones de toneladas a 15 millones (o incluso un número menor según la Bolsa de Comercio de Rosario).
Además la Bolsa de Cereales de Buenos Aires emitió un informe donde menciona que a nivel regional, el centro norte de Santa Fe, Núcleo Norte, Núcleo Sur, NOA y NEA representan las zonas más afectadas por el déficit hídrico
3)En tercer lugar no debemos olvidar que en Argentina el contexto electoral suele aportar incertidumbre y por ende muchos agentes económicos buscarán asegurarse una cobertura en moneda extranjera, lo cual en un marco de administración cambiaría no sería descabellado observar mayores variaciones en los tipo de cambio "contado con liqui" y "Mep". Este proceso es adverso en varios sentidos, primero porque una mayor brecha cambiaria desalienta exportaciones y estimula sobrefacturaciones de las importaciones, y segundo porque fogonea las presiones inflacionarias.
4) Por último es clave contemplar que en caso de que el gobierno decida aplicar una política económica expansiva (algo que suele suceder en los oficialismos en los años de elecciones) sin tener en cuenta criterios de potenciar aquellos sectores menos demandantes de divisas - cómo por ejemplo la industria de la construcción - se correrá el riesgo de aumentar el cuello de botella en la balanza comercial, ya que un mayor crecimiento económico sin una correcta coordinación y planificación económica impulsará un aumento de las importaciones, agregando una mayor fricción al mercado cambiario.
De todas formas y en línea con el acuerdo con el FMI, el margen para realizar este tipo de políticas va a ser más reducido.
El escenario resulta desafiante para el gobierno nacional en pleno año electoral. Cómo dato a favor podemos mencionar las menores importaciones de energía. Veremos qué acciones irá realizando el gabinete económico frente a lo mencionado.