Mientras el Gobierno espera la recuperación económica que, mes a mes, se dilata cada vez más, la calificadora de riesgo Moody’s expresó su postura respecto a las deudas que Argentina tiene en el exterior.
Jaime Reusche, vicepresidente de la calificadora, comentó que los mercados financieros ven poco probable que Argentina pueda cumplir con sus obligaciones de deuda, abriendo la puerta a una posible reestructuración. Además, expresó su preocupación por la resistencia del Gobierno a devaluar.
"Es un momento bastante complicado por el hecho de que se van a incrementar los pagos de deuda de bonos externos que tiene la República, de u$s2.000 y pico millones que se tienen que hacer este año a u$s5.000 millones en el próximo año", expresó Reusche en entrevista con Radio con Vos.
En un contexto donde el riesgo país supera los 1.500 puntos, el vicepresidente de la calificadora expuso que los "mercados financieros han visto con buenos ojos mucho del ajuste que ha hecho el nuevo gobierno, debido a que tenía un punto de partida bastante complicado, pero ven que va a estar muy difícil poder cumplir con todos los pagos de deuda".
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"La acumulación de reservas que se empezó a dar durante el primer semestre del año se ha ralentizado y los mercados financieros están un poco preocupados de que va a tener que haber algún tipo de reestructuración de la deuda externa", añadió, luego de que se conociera que el ministro de Economía, Luis Caputo, negociará un préstamo con el Banco Santander para resolver la falta de reservas.
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Qué propone la calificadora Moody's
"Nuestro escenario base, y la razón por la cual no hemos alterado la calificación de riesgo, que ya es bastante baja, es que existe una alta probabilidad de una renegociación o intercambio de deuda, similar a lo que hemos visto en el mercado doméstico", explicó Reusche, al tiempo que recordó: "En el mercado financiero local se han realizado varios swaps de deuda interna que han provocado pérdidas, y nuestra expectativa, al igual que la de los mercados, es que algo similar ocurra con la deuda externa".
Reusche detalló que los flujos financieros externos están muy ajustados. "Si se analizan los flujos, Argentina recibe aproximadamente u$s100.000 millones cada año, pero los flujos de salida entre importaciones, pagos y salidas de capital también suman cerca de u$s100.000 millones. Esto deja un margen muy reducido para cubrir todos los compromisos, incluyendo los pagos de deuda, que rondan los u$s5.000 millones", detalló.
"Las cuentas están tan ajustadas que cualquier variación en estas variables puede dejar todo muy apretado. Por eso, los mercados financieros ven con preocupación la posibilidad de cumplir con todos los compromisos de deuda".
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Qué dijeron del rumbo económico del Gobierno
Sobre el enfoque económico del Gobierno, Reusche reconoció el impacto positivo del ajuste fiscal en la reducción de la inflación. Sin embargo, expresó su sorpresa por la reticencia del gobierno a ajustar el tipo de cambio. "En nuestro escenario base, después de la devaluación del año pasado, debería producirse otra este año para cerrar la brecha entre el dólar paralelo y el oficial. Desde nuestro punto de vista, esta reticencia impide los ajustes necesarios en las cuentas externas, lo cual es preocupante", señaló.
Respecto a la aceptación social del ajuste, Reusche mencionó: "Hay países en la región donde siempre hay resistencia a las medidas de ajuste y reformas, algo que hemos considerado. Nos sorprendió la intensidad del ajuste fiscal, ya que esperábamos un mayor rechazo social, pero el ajuste ha avanzado mejor de lo esperado".
"No obstante, en cuanto a la devaluación, parece que el gobierno percibe un margen limitado para implementar esta política, dado que una devaluación inevitablemente provocaría un aumento de la inflación. Se encuentra en un dilema de políticas públicas, donde no quiere afectar demasiado a la sociedad, pero al mismo tiempo necesita ajustar las cuentas externas mediante una devaluación", concluyó.