La ropa en Argentina está dentro de las más caras del mundo. De acuerdo a un informe de Fundar, el precio de la ropa en el país aumentó un 32% por encima de la inflación general, mientras que en el resto del mundo ocurrió exactamente lo contrario, ya que la indumentaria se abarató 40 % respecto de los otros bienes y servicios de la economía.
Esta tendencia comenzó a notarse en el país desde la salida de la convertibilidad a partir del creciente proteccionismo, la presión impositiva, la alta inflación y la constante inestabilidad macroeconómica.
Si bien el precio se disparó, algunas prendas sí se encuentran a montos competitivos. Consecuencia de ello, actualmente, una canasta de prendas cuesta casi un 40% más en comparación con el promedio de los países de la región.
Estas consecuencias surgen del estudio realizado por Fundar, que relevó 390.000 precios de las 33 prendas de vestir más importantes de las 77 que se consumen en Argentina. Además, exhibió una notoria divergencia, a partir de 2002, entre la dinámica del precio de la ropa a nivel local y la tendencia global.
El trabajo muestra que en términos absolutos una canasta de prendas del canal on line de Argentina al tipo de cambio oficial resultó 35% más costosa que en el resto de la región en abril y 16% más cara si se toma en cuenta la cotización del dólar MEP. Se comparó contra Perú, Uruguay, México, Chile, Colombia y Brasil.
En términos relativos, explicó Fundar, una prenda de vestir promedio compra más bienes y servicios en nuestro país que en casi cualquier otra parte del mundo, incluso en el contexto actual de considerable abaratamiento relativo desde fines de 2022. Entre 2020 y hasta ese año el rubro indumentaria y calzado fue el capítulo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec que más aumentó.
Causas por las que la ropa en Argentina está entre las más caras del mundo
Las causas primarias:
- La barrera a la importación. "Argentina tenía aranceles a la ropa parecidos a la media mundial en los ‘90. Mientras en los 2000' bajaron en el mundo, acá subieron”, destacó el informe de Fundar. En la actualidad, “el arancel promedio es 33% (de los más altos del mundo), y en el resto de los países es del 8,5%", explicó Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva en Fundar y uno de los autores del informe.
- Los tributos a las importaciones, como el Impuesto PAIS y la tasa estadística, así como otras políticas para-arancelarias que dificultaron la compra de productos desde el exterior.
- El rol de la incertidumbre macroeconómica que, según la evidencia histórica, impacta más sobre el precio de los bienes que sobre los servicios.
- La inestabilidad cambiaria, debido a que cada vez que aumentó el tipo de cambio real o la brecha entre el dólar oficial y los paralelos, el valor de los bienes treparon por encima del Índice de Precios al Consumidor.
Por otra parte, el trabajo de Fundar señaló también factores secundarios, atados a los cuatro principales mencionados previamente:
- La creciente presión tributaria a la producción encareció más los bienes y, en particular, aquellos de cadenas más largas y de alta integración nacional, como la indumentaria.
- La dinámica del consumo interno y el poder adquisitivo incidieron en ciertos momentos, tanto a partir de cambios en la demanda como en los costos laborales.
- El acceso restringido al crédito ofició, en la práctica, como un encarecedor del costo del financiamiento, incrementó los costos locales y limitó los aumentos de la productividad.
- La productividad sectorial estuvo estancada y fue altamente procíclica, lo cual condicionó la generación de economías de escala y la reducción de los costos unitarios.