La crisis energética por los coletazos del conflicto geopolítico en Ucrania sigue pasando factura en todo el mundo; también en los países desarrollados. Tal es el grado de apremio para aprovisionarse de los insumos energéticos básicos que las economías aplican diferentes estrategias para racionar el consumo y evitar caer en una recesión severa que castigue la calidad de vida de su población.
Trading Hub Europe, una empresa de gas y energía en Alemania, anunció el 15 de agosto la aplicación de un impuesto sobre el precio del gas, que quedará fijado en 2,419 céntimos de euro por kilovatio hora (kw/h). El anuncio forma parte de los esfuerzos para distribuir los altos costos de reemplazar el gas ruso entre los consumidores finales. En Reino Unido, los laboristas defienden un plan para congelar las facturas de energía mientras expertos sostienen que se deben aumentar los subsidios.
El anuncio realizado por el operador del mercado de gas alemán generó preocupación en los hogares del país. De acuerdo con la agencia de noticias Reuters, que cita a Trading Hub Europe, una familia promedio de cuatro integrantes deberá pagar un monto de entre 480 y 500 euros adicionales al año. Para la plataforma de comparación de precios de Verivox, el porcentaje de aumento anual ronda el 13%. La tasa impositiva comenzará a regir a partir del 1 de octubre del presente año y se mantendrá hasta abril de 2024. La medida busca ayudar a las empresas de servicios públicos -entre las que se encuentra Uniper, el mayor importador de gas ruso- a cubrir el costo del incremento que ha tenido el precio del gas desde la invasión rusa a Ucrania. "De no establecer el impuesto, la alternativa habría sido el colapso del mercado energético alemán y con él, de gran parte del mercado energético europeo", dijo el ministro de Economía, Robert Habeck. El representante gubernamental es claro en reconocer el fracaso en el modelo de dependencia del gas ruso que por años ha llevado adelante Alemania y que están en proceso de cambiar. "Necesitamos cambiar rápidamente y al hacerlo, a veces, tenemos que tomar una medicina amarga", agregó Habeck, quien aboga por una ayuda específica para aliviar a los hogares.
La medida no solo abarca a los hogares, sino que la industria alemana también está sujeta a la tasa. La Federación Alemana del Acero informó que ello implicaría sumar unos 500 millones de euros al año a las facturas de energía, monto que se une a los 7.000 millones de euros de costos adicionales atribuidos a los altos precios de la energía. La disminución del flujo de gas procedente de Rusia para Alemania y el resto del bloque europeo como consecuencia de las sanciones por la guerra y el mantenimiento al gasoducto Nord Stream I generaron un incremento en las exportaciones de gas procedentes de Noruega, que alcanzaron los 13.260 millones de dólares en el mes de julio.
En Reino Unido también la aceleración de precios de la energía causó movimientos políticos. Por caso, los laboristas defienden un plan de congelamiento de los precios de la energía. Keir Starmer, líder del Partido Laborista británico, anunció un impuesto orientado a las ganancias extraordinarias de las compañías de energía como parte del esfuerzo para evitar que los ciudadanos británicos tengan que pagar un alto precio de la energía durante los meses de invierno. De acuerdo a lo explicado por Starmer, el plan contempla un congelamiento en el precio actual. Ello evitaría que los ciudadanos tengan que pagar un aumento estimado del 80% de la factura previsto para el mes de octubre.
"La crisis del costo de vida en Reino Unido está empeorando, dejando a la gente asustada acerca de cómo va a pasar el invierno. El plan laborista, de ahorrar a los hogares 1000 libras esterlinas este invierno e invertir en energía británica sostenible para reducir las facturas a largo plazo, es una respuesta directa a la emergencia económica nacional que está dejando a las familias preocupadas por el futuro", sostuvo Starmer. Entretanto, un grupo de expertos en economía, entre los que se encuentran integrantes del Instituto de Estudios Fiscales, afirmó que se necesitarían recursos adicionales para financiar el paquete de ayuda por 24.000 millones de libras esterlinas anunciado en mayo. Esta afirmación se sustenta en parte porque el aumento previsto en los precios de la energía para el próximo año se ha incrementado del 95% al 141%.
"A medida que los precios de los productos básicos, incluidos los alimentos, la calefacción y el combustible, continúan aumentando, las familias con bajos ingresos enfrentan más incertidumbre y presiones. El gobierno todavía está tratando de ponerse al día ya que la inflación y el costo de la energía continúan aumentando en espiral. Solo lograr lo que querían alcanzar en mayo costará £ 12 mil millones adicionales, y un paquete a esa escala aún dejará a muchos hogares en una situación mucho peor", afirmó Paul Johnson, director de la IFS.