El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el 2024 terminará con un 140% de inflación anual, aunque también calculó que la recesión será más dura de lo proyectado y que el PBI caerá 3,5% este año.
El organismo difundió este lunes un nuevo comunicado de prensa referido a la 8tva. revisión del programa en curso, donde empeoró su proyección de crecimiento económico del país para este año.
El FMI resaltó que el programa económico del presidente Javier Milei "va firmemente encaminado" y que este desembolso -de 800 millones de U$D- "apoyará los esfuerzos de las autoridades para restaurar la estabilidad y fortalecer la viabilidad externa de Argentina".
En ese sentido, y luego de que días atrás le pidiera al Gobierno flexibilizar la política cambiaria, reducir subsidios y ampliar Ganancias, el organismo reiteró que “para sostener el progreso es necesario mejorar la calidad del ajuste fiscal, tomar medidas iniciales para mejorar el marco de política monetaria y cambiaria e implementar reformas para desbloquear el crecimiento, el empleo formal y la inversión”.
El comunicado del FMI sucede en medio de los dichos del ministro de Economía, Luis Caputo, quien sostuvo que el Gobierno está negociando un nuevo programa con el Fondo para que al país llegue "nueva plata".
El FMI empeoró sus proyecciones del PBI
Debido a una fuerte caída en la actividad en los últimos meses, el Fondo empeoró su previsión del PBI que se reduciría 3,5% este año (en el anterior pronóstico era -2,75%).
"La producción se contraerá alrededor de un 3,5% en 2024 (anteriormente un 2,75%), aunque se espera un cambio de rumbo en la actividad durante la segunda mitad de este año, a medida que se alivien los obstáculos de la consolidación fiscal, los salarios reales comiencen a recuperarse y la inversión se recupere en respuesta a las reformas", señaló el Directorio Ejecutivo del Fondo.
Para el FMI, "la actividad y la demanda se han contraído marcadamente, aunque hay señales tempranas de que algunos sectores podrían estar cerca de tocar fondo". "Varios indicadores apuntan hacia una posible estabilización de la actividad económica a partir de abril, incluidas mejoras en la confianza del consumidor, un repunte del crédito privado y del consumo de cemento, todo ello en el contexto de un repunte de la producción agrícola tras la sequía del año pasado", expresa el escrito.
Asimismo, se espera que la inflación mensual caiga aún más, convergiendo a alrededor del 4% para fines de 2024 (140% por interanual frente al 150% anterior), y disminuyendo aún más en el mediano plazo, a medida que la demanda de pesos se recupere de los actuales niveles históricamente bajos.
El organismo prevé que las reservas se mantengan sin cambios, ya que "los términos de intercambio menos favorables se ven compensados en gran medida por mayores entradas netas de capital". Al respecto, precisa que tras haber recibido el 7 de diciembre del 2023 reservas netas negativas por u$s11.200 millones, la situación se revirtió y el último dato arroja que son positivas, aunque en solo u$s300 millones.
"Los superávits fiscales y externos sostenidos a mediano plazo -respaldados por políticas estrictas, aumentos de productividad y mejoras estructurales en el balance energético- fortalecerán las reservas y asegurarán las perspectivas de acceso a los mercados internacionales", enfatizó el organismo.
Competencia de monedas
En el plano de las políticas monetarias y cambiarias se persigue “afianzar la desinflación y salvaguardar la acumulación de reservas”.
"Para apoyar la transición hacia un nuevo régimen monetario, el Banco Central garantizará que las tasas de política monetaria se muevan hacia territorio positivo en términos reales, mientras que la política cambiaria se volverá más flexible con la flexibilización de las medidas de gestión de los flujos de capital según lo permitan las condiciones", según el Fondo Monetario. En este sentido, el ministro de Economía, Luis Caputo, declaró hace días que “se terminó la tasa de interés negativa”.
En cuanto a la política cambiaria y a tono con lo planteado por las autoridades argentinas, señala que “se volverá más flexible mediante el relajamiento de las medidas de los flujos de capital (CFM) según lo permitan las condiciones”. De esta manera el FMI coincide con lo señalado por el Palacio de Hacienda en el sentido que se “intentará levantar el cepo lo más rápido posible, pero sin asumir riesgos que pongan en peligro el esquema de estabilización”.
Por esta razón en el documento se señala que “las autoridades siguen comprometidas con una pronta eliminación de los controles de capitales y las restricciones cambiarias más distorsionantes”.
También afirma que “es necesaria una mayor racionalización de las regulaciones bancarias para fortalecer la transmisión monetaria y seguir desbloqueando el crédito privado”.