Un nuevo informe elaborado por la Fundación Pro Tejer sacó a la luz una preocupante situación en el sector textil argentino.
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A pesar de los altos niveles de inversión de los últimos tres años, que superaron los 1.400 millones de dólares, el sector enfrenta ahora una crisis profunda. El informe mostró que actualmente seis de cada diez máquinas en la industria están inactivas.
El estudio detalla que el 80% de las empresas textiles registraron una disminución promedio del 40% en sus ventas y producción en comparación con el año pasado. Asimismo, el 76% de las empresas redujo su capacidad instalada, lo que se traduce en un desplome del 29% en la actividad industrial.
La Fundación Pro Tejer advirtió sobre la crítica situación en la industria textil
El impacto en el empleo también fue significativo. El 45% de las empresas afectadas se vieron obligadas a reducir su plantilla laboral en junio, resultando en la pérdida de más de 5.000 empleos y la suspensión de otros 10.000 trabajadores. Este ajuste provocó una caída del 16% en el empleo respecto a finales del año anterior.
Además, el informe indicó que el 40% de las empresas tienen dificultades para cubrir sus gastos operativos. Esto llevó al 84% de las empresas a abstenerse de realizar nuevas inversiones y al 81% a considerar extremadamente difícil competir en los mercados internacionales debido a la brecha cambiaria y a la situación económica interna.
Otro factor importante es la caída en la producción, con el 90% de las empresas que achicaron su actividad vinculando este hecho a la disminución del poder adquisitivo y a una contracción del 15,5% en el consumo.
En medio de este panorama, la Secretaría de Industria y Comercio implementó una medida que elimina las barreras burocráticas para la importación de productos textiles y calzado, una acción que podría agravar la situación para los productores locales
Esta normativa, que eliminó la necesidad de etiquetado en origen y el proceso de Adaptación al Mercado Local (AML), se transformó en un gran cambio para el contexto del sector.
La Fundación Pro Tejer manifestó su preocupación por la crisis actual y señaló que la industria textil desempeña un papel necesario en la economía argentina. La fundación solicitó al Gobierno que incluya al sector en la formulación de políticas para asegurar su recuperación y estabilidad futura.
Las empresas textiles Textilcom y AlpaCladd cerraron tres plantas y despidieron a más de 300 empleados
La crisis sacude nuevamente al sector textil en La Rioja y Catamarca, donde más de 300 empleados fueron afectados por despidos en medio de una preocupante caída de las ventas debido a la recesión económica. Esta situación llevó al cierre de tres plantas fabriles, impactando directamente en la estabilidad laboral de la zona.
Textilcom, una empresa con diez años de trayectoria y sede en el barrio porteño de Villa Soldati, fue golpeada por esta crisis. A pesar de su especialización en la producción de indumentaria para reconocidas marcas como Grisino, Cristóbal Colón y Cheeky, la falta de demanda obligó a tomar medidas drásticas.
En La Rioja, donde Textilcom tenía una de sus filiales, se registraron 143 despidos, mientras que en Catamarca la situación no es menos preocupante, con 124 trabajadores afectados. Los empleados, alarmados por la incertidumbre sobre el futuro de la empresa, tomaron medidas de protesta, incluyendo guardias frente a las plantas para evitar la extracción de maquinaria.
Cómo sigue la situación para los trabajadores de La Rioja y Catamarca
La secretaria de Trabajo, Myriam Espinosa, confirmó que los propietarios de las fábricas atribuyen los cierres a la drástica disminución de las ventas. Esta situación se vio reflejada en un preocupante retroceso del 35% en la demanda, según un relevamiento realizado por la Fundación Protejer.
Además de la pérdida de empleos, la crisis textil también está impactando en los precios de la indumentaria, con un aumento del 33% en los primeros tres meses del año. Esta situación agrava aún más la difícil situación económica que atraviesa el país, con una inflación que no cede y un poder adquisitivo de la población en constante deterioro.
Ante este panorama desolador, los trabajadores y los gremios del sector textil están exigiendo respuestas urgentes por parte de las autoridades y medidas concretas para proteger los empleos y reactivar la actividad económica en el norte del país.
