En medio de una ola de despidos y fuerte caída del consumo en diferentes rubros, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) advirtió que la industria de la madera en el país se encuentra en un estado "preocupante". Según sus datos, la actividad de los aserraderos y empresas afines ha experimentado una dramática caída del 40% en los últimos dos meses.
El ajuste de parte del gobierno de Javier Milei no fue ajeno al sector maderero y también lo afectó, dejando a varias personas sin trabajo y una fuerte caída de las ventas.
Román Queiroz, el Presidente de la Federación Argentina de la Industria de la Madera, analizó la situación y planteó una severa caída en las ventas, algo que generó una baja de personal.
"La caída es muy violenta. Pasamos de 312 empleados a 180 y con riesgo a seguir bajando o suspender días laborables”, contó Queiroz, en diálogo con el periodista Ramón Indart.
Asimismo, se refirió a la paralización de la obra pública que viene impulsando Milei desde su asunción bajo el lema "No hay plata". “Nosotros trabajamos mucho para la obra pública y con la obra pública prácticamente parada es una industria con muy pocos nichos de mercado para seguir funcionando como corresponde”, expresó. Las que siguen en pie, en la mayoría de los casos, son con financiamiento provincial.
Esta problemática se extiende a lo largo de todo el sector y, en el caso de la primera o segunda transformación de la madera, señalaron que el nivel de actividad en los aserraderos proveedores del mercado interno cayó un 40% en los últimos dos meses.
Pero esto no es todo, porque las políticas de ajuste y la pulverización de los ingresos de la sociedad también pegaron de lleno en el sector. Otro eslabón afectado fue el de fabricación de tableros contrachapados, estrechamente vinculado a la industria de la construcción. Según los datos oficiales, el nivel de trabajo cayó un 21,7% interanual en enero.
“Combinado con la reducción o suspensión de proyectos de obra pública, ha provocado una disminución de hasta el 45% en la producción, llegando al 60% en sectores especializados”, detalló el directivo.
En cuanto al sector mueblero, desde Faima estimaron que la demanda interna fue golpeada por la caída en el poder adquisitivo del salario y la ausencia de financiación para impulsar el consumo. De este modo, la producción de muebles cayó un 24,6% interanual en enero.
“El aumento de los costos de producción y la apertura comercial han agravado la crisis, poniendo en riesgo la viabilidad económica de las empresas y amenazando la generación de empleo de un sector que da trabajo a 30.000 empleos directos y unos 15.000 en forma indirecta”, sostuvo Queiroz.
