El miércoles por la madrugada, un día después del partido entre Racing y Boca en Avellaneda por la Copa de la Liga Profesional, el papá del mediocampista Agustín Almendra fue detenido en La Plata, acusado de integrar una banda de ladrones especializados en hacer escruches en casas de la zona platense. En la jerga policial, el "escruche" es el robo de viviendas forzando puertas o ventanas tras comprobar la ausencia de los dueños.
Pablo Ezequiel Almendra tiene 39 años y fue arrestado junto a un grupo de cuatro sospechosos tras una intensa persecución en la localidad de City Bell. En el auto que circulaban le encontraron dinero en efectivo, guantes de látex, una valija y herramientas que los policías sospechan que eran utilizadas para cortar candados y derribar las puertas de las casas.
Según la causa que lleva adelante la UFI 17 de La Plata, la Policía recibió un llamado al 911 alertándola sobre un robo en una finca en las calles 11 y 149 de la capital provincial, donde se aseguraba además que los delincuentes se habían ido en un Volskwagen Polo Blanco. Fue ahí que se hizo una búsqueda y media hora después un móvil policial se cruzó con un auto de esas características que, ante la voz de alto, aceleró para escapar.
El operativo terminó unas cuadras más adelante en 464 y Avenida Centenario cuando la Bonaerense consiguió cercarlo y al requisar el vehículo encontró guantes de latex y tela, barretas, pinzas, valijas y una buena cantidad de dinero en efectivo por lo que las cinco personas que iban en el mismo quedaron detenidos bajo los cargos de desobediencia, resistencia a la autoridad y averiguación de ilícito
Todos ellos fueron llevados a la Comisaría 10° en donde fueron identificados. Así descubrieron que uno de los integrantes de la banda resultó ser papá del mediocampista, actualmente jugador de Racing y ex Boca Juniors.
Los antecedentes policiales de la familia de Agustín Almendra:
Este hecho es una prueba más de la dura infancia que atravesó Almendra. Un chico que creció en un ambiente complicado y que vio al fútbol como la forma de escapar de un destino familiar que lamentablemente a veces se presenta demasiado tentador.
Nacido en San Francisco Solano, tuvo una crianza llena de carencias y cuando parecía que su vida se encauzaba gracias a la pelota, empezaron a surgir problemas judiciales de todo su círculo íntimo. En 2018, a sólo unos pocos meses de su debut en Primera División, la Policía hizo un allanamiento en la casa que compartía con su novia, Cecilia Fernanda Maciel, y se llevó a ésta detenida acusándola de liderar una banda que vendía pastillas abortivas por las redes sociales. Pero este fue sólo el comienzo de la pesadilla: pocos días después también cayeron presas la madre del jugador, una de sus hermanas y una tía también acusadas del mismo delito.
Un año más tarde parecía que todo había quedado atrás y con Gustavo Alfaro como técnico comenzaba a tener más participación en el primer equipo y daba la sensación de que se afianzaba como una de las mayores promesas del club xeneize. Sin embargo, otra vez el destino le jugaría una mala pasada: el que caía preso ahora, en agosto de 2019, era uno de sus tíos, que tras unos allanamientos en la localidad de Quilmes quedaba detenido junto a otras tres personas bajo la acusación de narcomenudeo, tenencia ilegal de arma de guerra y posesión de celulares y dinero cuyo origen era difícil de explicar.
Mientras él trataba de centrarse en el fútbol, el apellido seguía en las páginas policiales, y mes y medio después de la caída de su tío, otro golpe se iba a hacer presente: ahora quienes eran detenidos eran su propia abuela y otro tío, en la localidad de Almirante Brown, bajo los cargos de infracción a la ley de drogas. Los encontraron con 120 dosis de clorhidrato de cocaína, elementos para cortar el estupefaciente, balanzas de precisión, envoltorios plásticos y mucho dinero. Como si fuera poco, entró en conflicto con el club, dejó de entrenar y el futuro se presentaba cada vez más negro.
El combo era explosivo: deprimido, con la pandemia que además lo confinaba a la casa, sin entrenar y con el sinfín de actos delictivos que protagonizaban los miembros de su propia familia, pensó seriamente en dejar de jugar. Pero un hecho le cambió la decisión: el nacimiento de su hija Francesca. "Por ella decidí no dejar el fútbol. Tenerla me cambió la vida, me dio mucha fuerza y si en algún momento pensé en retirarme, sabía que tenía a alguien ahí atrás mío que era una responsabilidad”.
Finalmente decidió no renovar en Boca y recaló en Racing por pedido del anterior director técnico, Fernando Gago. Ahora habrá que ver cómo asimila este nuevo golpe de su padre, aunque según los antecedentes, ya debería estar acostumbrado: sólo en la Provincia de Buenos Aires, Pablo Almendra acumula cuatro procesos judiciales por distintos delitos, según contó Infobae.