Antes de comenzar la reseña, me parece importante destacar que esta nueva película de "El cuervo" no es para reemplazar ni para ser comparada con la icónica versión de Brandon Lee, sino que busca ser una película completamente independiente.
La película nos da una perspectiva fresca de la clásica historia, Bill Skarsgård como Eric Draven hace un papel grandioso. Skarsgård presenta un Eric más vulnerable y humano al inicio, lo que permite una evolución emocional significativa del personaje. Esta idea nos muestra un poco lo que el director intentó darle para diferenciarse de la icónica interpretación de Brandon Lee.
La película también brilla en su estética gótica y visual. La cuidadosa combinación de diseño de producción, vestuario y maquillaje, junto con una banda sonora que incluye temas de Joy Division, Foals y The Veils, crea una atmósfera oscura y envolvente.
El personaje también introduce innovaciones en la historia original, como la condenación del alma de Shelly debido a las acciones de su madre. Esta adición trágica enriquece el mito de "El Cuervo" y lo diferencia de la versión de 1994, aportando una nueva capa de profundidad.
Sin embarco, a la película le falta darle más desarrollo de personaje a sus antagonistas y algo más de sentimiento a la pareja de Shelly y Eric. Los efectos de CGI son buenos teniendo en cuenta que al fin y al cabo, es una película independiente que no contó con el presupuesto de las grandes productoras de Hollywood.
Nuevamente, si no comparamos esta producción con su original película, vamos a encontrar un film divertido y explosivo con grandes escenas de acción y una interesante nueva historia.
⭐7.5/10
La idea de su director, Rupert Sanders
La nueva adaptación de The Crow, dirigida por Rupert Sanders, busca reimaginar esta historia para una nueva generación, destacando la importancia de reinventar clásicos para que resuenen en la actualidad. En esta versión, la relación amorosa entre Eric y Shelly ocupa un lugar central, diferenciándose de las anteriores al enfocarse más en el vínculo emocional que en la venganza. Sanders describe la película como "más femenina", con un enfoque que explora el amor, la pérdida y el sacrificio de manera profunda.
El proyecto, concebido como una película independiente con un espíritu europeo y artístico, se aleja de las grandes producciones de Hollywood. El presupuesto ajustado y las locaciones desafiantes contribuyeron a una autenticidad y crudeza que realzan el carácter del film. Sanders enfatiza que, lejos de limitar la creatividad, estos desafíos potenciaron el enfoque visual y emocional, evitando el uso excesivo de pantallas verdes y manteniendo todo lo más real posible.
La película también amplía el elemento sobrenatural, explorando la dualidad entre el cielo y el infierno, y utiliza símbolos recurrentes para conectar visualmente el mundo de los vivos con el más allá. La química entre Bill Skarsgård y FKA Twigs fue crucial para que la historia de amor se sintiera genuina, un aspecto que Sanders considera "mágico".
Además, la producción adoptó un enfoque flexible, permitiendo que el guion evolucionara durante el rodaje, lo que ayudó a profundizar en temas como la duda y el miedo, encapsulados en la frase clave: "Lo opuesto al amor no es el miedo. Es la duda." Con una combinación de secuencias de acción y una fuerte conexión emocional, The Crow se presenta no solo como una historia de venganza, sino como una exploración profunda de la condición humana.