Desde su regreso a Argentina desde España, donde se refugió algunos días para pensar y analizar todo lo sucedido en sus últimos meses, Jey Mammón casi no volvió a hablar en los medios de comunicación. Si bien se especuló con que el conductor podría regresar a la televisión en las próximas semanas, parecería que eso todavía estaría muy lejos de concretarse.
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Durante su estadía en Europa, Jey se dedicó reconstruir, junto a sus abogados, las pruebas del vínculo que, según su versión de los hechos, tuvo de manera consentida con Lucas Benvenuto. Mensajes, fotos y testimonios de otras personas que fueron constatados ante un escribano público. El humorista quiere poner todo sobre la mesa ante la Justicia. No en una causa penal, porque la denuncia de Lucas por abuso sexual se cerró por prescripción, pero sí en el fuero civil con demandas millonarias que buscarán amortiguar de cierto modo los daños sufridos.
Los apuntados por el cantante son varios, en su mayoría periodistas de los principales programas de espectáculos, pero también contra el propio denunciante, Lucas. Los reclamos de Jey alcanzan, según dijo Infobae, un millón de dólares cada una. “Jey Mammon es un abusador, es un violador, es un cínico, es un monstruo, es un hijo de puta”, leyó Mammon de un papelito que tenía guardado y, que según él, se trataban de acusaciones falsas.
La demanda millonaria de Jey Mammón a diferentes periodistas por "falsas acusaciones":
“Cuestionaban todo, el estado de clonazepam, todo. La verdad que fueron distintos estados y también algunos de vulnerabilidad. En algún momento tomaba pastillas porque fue como si me hubiesen dado una patada en la cabeza. Pero no una patada normal. Una patada de destrucción”, manifestó Jey en diálogo con Infobae.
Su psicóloga le pedía que no mirara televisión, pero no podía evitarlo. “En los programas analizaban mis gestos, como van a hacer ahora en esta entrevista. ¿Se puede analizar a una persona? ‘No sufre porque no llora’. Tomaba clonazepam, amigo. Por eso no lloro. Hay programas de televisión que expusieron la denuncia falsa que me hicieron. Y eso no se hace. Con detalles escabrosos, tremendos, horribles. Todo por un puto punto de rating", agregó el conductor. ¿Sabés cuándo decidí irme a España? Estaba haciendo zapping y no recuerdo quién fue, creo que Marcela Tauro, dijo ‘¿qué estamos esperando, que este chico se tire del balcón?’”, recordó.
Sin embargo, pese a su relato, el cantante nunca quiso dar los nombres de los periodistas que tenía en mente denunciar civilmente. El único dato certero es que, dentro del grupo, hay periodistas, productores que, según afirma él, lo acusaron falsamente. "Tengo audiencias, no importa con quiénes", mencionó Jey, queriendo evitar exponer a los denunciados, aunque algunos serían Yanina Latorre, Florencia de la V, Karina Mazzocco y Ángel de Brito.
Cuando Natalia Volosin le consultó por su estado de salud mental, Jey contestó: "Me afectó. A cualquiera le puede afectar la salud mental, aun si sos responsable de lo que te acusan. Pero yo encima era inocente"
"¿Creés que el hecho de que fuera un vínculo no heteronormado tiene un impacto de evaluación distinto?", indagó la cronista que al instante tuvo una respuesta concreta de Jey. "Sí, totalmente. Hace 15 años había dentro de la heteronormativa 800 millones de parejas con esa disparidad".
Luego, para justificar sus palabras, el ex conductor de La Peña de Morfi (Telefe) recordó una secuencia de la TV que no le gustó y que seguramente podría ser mencionada en las audiencias públicas que comenzarán en la semana. "En LAM, a dos días de decirme infinidad de atrocidades… a dos días, no te estoy diciendo a dos meses o a dos años. A dos días estaban entrevistando a una de las panelistas y ella contaba que cuando tenía 17 años había sido pareja de un actor que tenía treinta y pico. Y otra panelista dijo “bueno, pero eso ya prescribió”. Y dijeron “bueno…”. Y el conductor dijo “bueno, pero ya… ¿qué, te corneaba, no?”. “Sí, sí, bueno, estuvimos unos años”. Y se cagaban de risa. Y yo, lejos de enjuiciar esa charla, digo, ¿cómo es entonces?.
